LA AVENTURA DE SER MAESTRO
¿Qué relación guarda "El
malestar docente" con nuestra historia personal y qué hacemos o podemos
hacer para combatirlo?
Al realizar la lectura “La
aventura de ser maestro” de José M. Esteve
evocó en mi evidentemente el recuerdo de
mis inicios como maestra y también hoy como directora al realizar la observación a maestros de nuevo ingreso, que
además de ocuparse por desempeñarse y manejar un grupo, tienen la presión de ser
evaluados durante dos años continuos (al
término del primer año y segundo año).
“No espero nada
nuevo del futuro: he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar. Es
posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente
relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me
queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo. Me siento heredero de
treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros
mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y, junto
a mí, veo a un nutrido grupo de colegas, en las zonas rurales más apartadas y
en los barrios más conflictivos, orgullosos de ser profesores, trabajando día a
día por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura y el progreso...
entre ellos hay valiosos maestros de humanidad: hombres y mujeres empeñados en
enseñar a sus alumnos a enfrentarse consigo mismos desde el preescolar hasta la
Universidad.”
Cito ésta parte de la lectura porque me muestra dos extremos, la
opinión social y la satisfacción personal.
Considero que el mayor malestar de los maestros y si no por lo menos en
mí en muchas ocasiones es el desprestigio social donde escuchamos frases como
“los maestros hacen como que trabajan
por eso el gobierno hace como que les paga”, los maestros son muy flojos,
trabajan medio día y tienen muchas vacaciones”, “los maestros ni parecen
maestros”, “ser maestro es solamente cuidar niños”, donde pudiera presentarse
la apatía del docente por hacer bien las cosas, además las problemáticas
sociales donde responsabilizan al docente, es realmente impactante al
magisterio.
Es aún más triste escuchar al docente decir “a mí me pagan
aprendan o no aprendan”, “porque que me capacitan en sábado yo tengo cosas que
hacer”, es el mismo maestro que ha entrado en una zona de confort y
difícilmente reflexiona sobre su práctica docente.
Por otra parte está la labor y conciencia de verdaderos maestros
de vocación que no encuentran limitantes para atender su quehacer educativo y
que preocupados por hacer bien las cosas se prepara, busca información, se
acerca y hace empatía con la comunidad escolar e inspira a seguir creciendo,
ciertamente así debiéramos ser. Se requiere compromiso y actitud para cambiar.
¿Cuáles
son nuestras mayores preocupaciones en el ejercicio docente frente
a las nuevas reformas educativas?
Mi
mayor preocupación es no poder cambiar y continuar haciendo lo mismo. Es
importante crear y cambiar, y me preocupa, porque me ha tocado conocer dos
cambios curriculares, el plan 93 y la RIEB en 2011, próximos a vivir el Nuevo Modelo Educativo y sin embargo
obteniendo los mismos resultados, ocupando los últimos lugares en evaluaciones
externas como PISA.
Estar
preparada para enfrentar los cambios, cambiar la mentalidad para hacer las
cosas lo mejor posible, creer en mí, despertar y motivar a la comunidad escolar.
Hola amiguita: es bueno compartir las experiencias en relación al trabajo.
ResponderBorrartú trabajo es muy válioso ya que tiene una gran responsabilidad
Buenas noches maestra Angélica. En relación a su texto me identifico por ser parte de los docentes de nuevo ingreso al sistema de educativo de los que hace mención. De igual manera, el momento en el que habla de la vocación me inspira y a la vez me confirma que llegué al lugar adecuado en donde más docentes están realmente interesados y comprometidos con dar mejores resultados y calidad de vida a los alumnos, como un "llamado" y nada más.
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